domingo, 30 de octubre de 2011

La sociedad del desperdicio

Desde hace tiempo, ya me había dado cuenta de que en esta sociedad que nos ha tocado vivir, se parece más a la Alta suciedad, que cantaba Calamaro. (http://youtu.be/Af4853YJR3Q), sobre todo en el aspecto de sucia.


Al andar por la calle, uno va viendo colillas de tabaco, trozos de papel y una variedad de basura, que gente incivica a tirado al suelo. Pero aunque lo tiraran a la papelera, hoy en día, hay demasiada basura. Solo hay que mirar cualquier producto de los que compramos, para comprobar que actualmente un tanto por ciento de lo que compramos va a la basura. Me explico, por ejemplo, compramos un Ipod Nano, pues más del 50% de lo que compremos ira a la papelera, ya que sera la caja, los plasticos que lo recubren, etc.


Esto ocurre no solo con los productos, ya que la sociedad del desperdicio esta dentro de la sociedad también en más de un 50%. En muchos aspectos, pero antes de pasar a comentar ejemplos que nos permitan ver esta circunstancia, aclaremos algún aspecto a tener en cuenta.


Partiendo de la idea, que ya hemos comentado en este blog de manera superficial, de que el concepto de beneficio que tenemos en la sociedad, no es real. Para una empresa tener beneficios, es ganar mucho dinero, pero esto esta dentro también del desperdicio. Deberíamos aclarar primero que es beneficio real. Para ello, como un buen amigo me suele comentar, deberías volver al pasado, a cuando la raza humana vivía en pequeñas tribus.


En estas sociedades, el nivel de desperdicio, era mínimo. Hasta las defecaciones, servían de abono, para que crecieran las plantas de las que se alimentaban. Se puede suponer, de este comentario, que partiendo de que el hombre necesita, comer, cobijarse, reproducirse, etc. Es decir, cubrir sus necesidades primarias. Esto se conseguía, al principio, intercambiando cosas que se necesitaban, dejando paso después, al dinero, que en sí, es todo desperdicio, pero eso lo explicaremos luego. Aparte, en el ser humano, existen las necesidades secundarias, aunque la principal es una, que no es otra que la de entretenerse.


Y es que el ser humano es el único animal que se aburre y se entretiene. Y es el único capaz de mirar a otros animales con el único objetivo de mirarlos, sin pensar en huir o en cazar, o en lo que quieran que piensan los animales. Lo que si tengo claro es que nunca he visto animales entreteniendose con otros, salvo en las peliculas de Disney. Pero si he visto humanos, viendo a otros animales, incluidos los humanos, para entretenerse, o para ampliar sus conocimientos.



Pero volvamos a lo que trata esta entrada del blog, el desperdicio. Una vez comentado, que todo lo que no sea útil, es desperdicio. Lógicamente, esto no incluye el conocimiento o la curiosidad, que en determinadas ocasiones, puede ser útil, pero si el entretenimiento y otras facetas de las sociedad de las que vamos a hablar.


Para centrar más el tema, y poder verlo más claramente, voy a poner una serie de ejemplos que demuestren este desperdicio. Además de ejemplo, servirá para ir relacionando facetas o partes de la sociedad, aunque habrá partes, que no necesitarán de dicho ejemplo, ya que el desperdicio es visible sin muchas explicaciones. Por lo tanto empecemos a relacionar aspectos con alto grado de desperdicio o basura.

Algo que consume muchos recursos, en relación, y según mi opinión, el que más, a nivel energético, es el deporte. Porque si se estudia un poco la historia del deporte, en su inicio, en la tribu que comentábamos antes, el deporte, seguramente surgió como entrenamiento para la caza o la defensa de la tribu, cosas útiles, en aquella época. Actualmente, esta relación, solo existe a nivel de anécdota. La caza, es un deporte, y la defensa de la tribu, se hace a otros niveles, donde el individuo ha perdido totalmente el protagonismo, y la tribu a pasado a ser potencia mundial. También comentar, que el deporte de la caza ha perdido casi toda relación con los antiguos cazadores de la tribu, siendo en algunos casos, el deporte, una perversión de la practica de nuestros antepasados.


Pero donde yo quería llegar en el ejemplo del deporte es al nivel energético. Aparte de la utilidad que tiene para quien vive del deporte, que esto ocurre con todo lo que voy a comentar, visto desde fuera, podríamos comprobar lo siguiente. Si toda la energía que se gasta de más en el deporte, suponiendo la energía de más toda aquella innecesaria para mantener tu cuerpo en forma, y que no se anquilose; se utilizara en otro cosa, como por ejemplo, recoger lechugas, se acabaría con el hambre en el mundo. Pero esto no conviene, como iremos viendo en sucesivos ejemplos.


El deporte de élite, esta rodeado de otro aspecto de nuestra sociedad, donde el desperdicio es casi total. No es otro, que el de la publicidad. Porque, yo no dudo, que gracias a las campañas de publicidad se incrementen las ventas, y con ello el beneficio, pero como indicare más adelante, se debería cambiar la visión que se tiene de estos dos campos. Y es que dejando aparte, el incremento en las ventas, o la búsqueda de buena imagen, se gastan una cantidad enorme de recursos económicos, cuya relación entre inversión y repercusión final no esta del todo clara, y en cualquier caso, no es muy elevada. Además encarecen el producto final, en algunos casos en una proporción desmesurada. Si se calculan, por ejemplo, el coste en materiales de algunos productos, y se compara con el gasto en publicidad, en algunos casos, el gasto en publicidad saldrá ganando. Y como comentábamos en el caso del deporte, excepto las personas que vivan de este campo, para el resto, el beneficio que nos reporta, es nulo. Y en este caso, lo más irónico es que la publicidad va dirigida precisamente a las personas que no la necesitan.


Antes de pasar a otros temas, quería hacer una puntualización sobre la publicidad. Hay marcas, que debido a la gran cantidad de gasto en publicidad, como Coca-Cola, no necesitan publicidad, ya que han pagado tanto, y desperdiciado tanto y tanto dinero, que la imagen que tiene la gente de su marca esta más que clara. Esto es lo que parecería en un principio, pero si se medita algo más, también podría ser, que la calidad o el servicio que dan algunas marcas, tiene su sello de distinción en el mismo producto, sin necesidad de publicidad. En otras palabras, si algo es bueno, no debería necesitar publicidad. Aunque la realidad es que si, pero una vez conocido, la calidad de un producto, es su mejor publicidad.


Pasemos al beneficio de las empresas, algo que ha perdido también su razón de ser, y que actualmente, aún siendo conceptos y palabras antónimas, el beneficio y el desperdicio, van unidos de la mano. Para explicar esto, tendremos que volver un poco, como indicabamos antes, al pasado de los humanos, cuando no existía aún el dinero.


En las tribu antiguas, aunque esto también puede ocurrir en la actualidad en pequeñas ciudades, la búsqueda del beneficio no existía, tal como lo conocemos ahora. Y es que aunque el ser humano como conjunto podemos conseguir cosas increíbles y buenas, también podemos lograr cosas muy malas, incluso para una gran mayoría de nosotros. Por otro lado, aunque seamos una masa, esta masa esta compuesta de individuos o parcelas de individuos con intereses comunes. A lo que quiero llegar es a la evolución de la búsqueda del beneficio. Hemos pasado del beneficio individual, y hasta cierto punto controlado, a un beneficio de unos pocos, que no de la mayoría, y que en algunos caso tomas medidas desmesuradas.


Es decir, hemos pasado del artesano, que buscaba el trabajar para vivir, y poco más. A unos directivos de empresas, que no necesitan trabajar, y que su único fin es el sacar beneficios, sin importarles hacer daño a quien se ponga por delante. Ese beneficio, que no esta dentro de la idea original es desperdicio. Porque la gente normal, trabaja para vivir, es decir, poder comer, tener un techo, darse de vez en cuando un capricho, y poco más. Sin embargo, al buscar el beneficio, por el beneficio, todo ese beneficio final, no repercute sobre el producto, solo sobre unos pocos. Todo ese dinero o riqueza, si no se usa o se gasta, se queda guardado. Y todo lo que se guarda se estanca, no crea nada, no hace nada, es basura, mientras no se utilice. Lógicamente, antes de repartir beneficios, el desperdicio esta en todo el proceso.


Como hemos comentado, se gasta mucho en publicidad, que en su gran parte es desperdicio, pero en el proceso de elaboración también en la mayoría de los casos, el indice de basura que se crea aparte del producto tomas medidas a tener en cuenta, y en algunos casos son alarmantes. También ocurre, que debido a esa búsqueda loca del beneficio, las cantidades de la producción se incrementan, más allá de lo necesario. Todos sabemos que se tiran productos perecederos, porque no se consumen. Dicho de otra manera, un tanto fuerte, pero real, la búsqueda del beneficio, aparte de desperdicios, asesina a miles de personas al año, por el hambre.


Hay muchos otros aspecto de la sociedad, donde el desperdicio es evidente. Hablando del hambre, muchas religiones, ayudan a esa gente. Esta claro que no es a cambio de nada, ya que lo que quieren es que esas personas se afilien a su religión. No hay que decir, que la religión en sí, no reporta ningún beneficio útil. Solo responder preguntas, que en futuro serán respondidas por la ciencia, como ha venido ocurriendo desde que el mundo es mundo. Además, si la sociedad optimizará más sus recursos, para todos es evidente, que no habría hambre en el mundo, y podría coexistir miles y miles de años sin que nos faltara a ninguno de nada.


Y como la religión, la publicidad, el beneficio, el deporte, existen miles de aspectos en los que el desperdicio de recursos existe. Este texto, no quiere hacer demagogia. No quiero decir que la gente no crea en Dios, que no haga deporte, que no se entretenga, que no busque el beneficio de su empresa, o que no invierta en publicidad. Simplemente, quiero dar un punto de vista diferente, meditando sobre un aspecto esencial para el ser humano. Los recursos a día de hoy son limitados, y existen muchos aspectos de la vida que están sobrevalorados, sin tener en cuenta sus consecuencias adversas para una mayoría. Con esto pretendo, que quien lea este texto, si no había pensado nunca en el desperdicio de materias y energías que crea la sociedad en general y cada uno en particular. Y que si se cambiara de forma de pensar, sin llegar a extremismos, seguramente nos iría mejor.


Si compráramos más teniendo en cuenta la calidad, el precio, y no la publicidad de una marca, o el acabado final (muy decorado, pero con mucha basura) de cualquier producto, los productos mejorarían. Si las empresas reinvirtieran esos beneficios en mejorar sus productos, y en sus clientes. Optimizaríamos entre todos los recursos de los que disponemos. Si el concepto de vivir bien consistiera en pasar la vida feliz con los tuyos, sin que te falte para comer, ni un techo, y que de vez en cuando, pues te sorprendas con algo que te guste, que se salga del tedio diario de mantenerse con vida. Y no, como ahora, que vivir bien significa tener un coche caro, casa cara y una serie de cosas, que valen mucho porque la gente le da ese valor. Pero ese es otro tema, que no tiene nada que ver con el desperdicio, y tampoco quiero desperdiciar palabras.

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